sábado, 28 de septiembre de 2019

LEYES DE NEWTON

LEYES DE NEWTON 


Las leyes de Newton, también conocidas como leyes del movimiento de Newton,​ son tres principios a partir de los cuales se explican una gran parte de los problemas planteados en mecánica clásica, en particular aquellos relativos al movimiento de los cuerpos, que revolucionaron los conceptos básicos de la física y el movimiento de los cuerpos en el universo.

Ley de la Inercia

Todo cuerpo continúa en su estado de reposo (velocidad nula) o de movimiento uniforme en línea recta a menos que sea forzado a cambiar su estado por fuerzas externas (rozamiento, fricción, impulso, tirón, etc.)

“A mayor masa, mayor inercia”

La materia es inerte: por sí misma no puede modificar su estado de reposo o movimiento. Esto constituye una definición de la fuerza como causa de las variaciones de velocidad de los cuerpos e introduce en física el concepto de sistema de referencia inercial; aunque en realidad,  es imposible encontrar este sistema, puesto que siempre hay algún tipo de fuerzas actuando sobre los cuerpos, pero siempre es posible encontrar un sistema de referencia en el que el problema que estemos estudiando se pueda tratar como si estuviésemos en un sistema inercial. En muchos casos, suponer a un observador fijo en la Tierra es una buena aproximación de sistema inercial.



Ley Fundamental de la Dinámica


Esta ley  se encarga de cuantificar el concepto de fuerza. Su concepto básico es “la fuerza neta aplicada sobre un cuerpo es proporcional a la aceleración que adquiere dicho cuerpo”. La constante de proporcionalidad es la masa del cuerpo.

La forma matemática de presentarla es:
                    F = m a 
Donde: F = fuerza, m = masa y a = aceleración

La unidad de fuerza de esta ley  en el Sistema Internacional es el Newton (N);  el cual es la fuerza que hay que ejercer sobre un cuerpo de un kilogramo de masa para que adquiera una aceleración de 1 m/s2,



Ley de Acción-Reacción


Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria: o sea, las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en direcciones opuestas.
Esto se puede  comprobar a diario en numerosas ocasiones. 
 
Por ejemplo, cuando queremos dar un salto hacia arriba, empujamos el suelo para impulsarnos. La reacción del suelo es la que nos hace saltar hacia arriba.
Cuando se dispara una bala, el arma se mueve en sentido contrario a la dirección a la que fue dirigida la bala  


Hay que destacar que, aunque los pares de acción y reacción tenga el mismo valor y sentidos contrarios, no se anulan entre si, puesto que actúan sobre cuerpos distintos.

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